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29. El deseo de supervivencia



De todos los temas de los que he hablado hasta el momento, este es el que más conflicto me ha dado en la cabeza, porque es complicado y hasta cierto punto un tabú en nuestra sociedad. No fue hasta que vi en redes sociales un hashtag de #Prevencióndelsuicidio que tomé el valor para comunicar lo que considero importante al respecto.


Antes que nada, quiero hablar desde varios panoramas y posiciones, ya que es fácil emitir juicios o comentarios inapropiados desde perspectivas equivocadas, y para eso, la primera pregunta que viene a mi mente es: ¿De alguna forma el suicidio puede ser algo positivo?

Desde el ojo biológico, va totalmente en contra con la naturaleza del ser humano, ya que nuestro cerebro tiene por instinto el querer sobrevivir, si no me crees, basta con mirar ciertas reacciones de nuestro cuerpo:


Toser cuando algo se atora en nuestras gargantas.


Vomitar cuando el estómago detecta algo peligroso en lo que comimos.


Estornudar cuando algo extraño llega a la nariz.


La fiebre ayuda a combatir bacterias o virus que están causando una infección.


Los glóbulos blancos que se encargan de mil cosas junto con todo nuestro sistema inmunológico.

Etc…


No conozco a profundidad sobre temas de medicina, pero sé que hay muchas, muchas más formas en las que nuestro cuerpo, sin pedirle permiso a la conciencia procura nuestra supervivencia, y en la mayoría de casos, ni cuenta nos damos que a lo mejor estuvimos a punto de morir.


La verdad, es que es sorprendente cómo aun en los casos más devastadores, donde todo parece ir en contra, el cuerpo se rehúsa a rendirse.


Hasta aquí, podemos decir que, al igual que nuestra biología, debemos procurar a toda costa preservar la vida.


Entonces, ¿qué hacer si estamos frente a un posible caso de suicidio?

Como primer punto, no pensar que eso jamás nos va a pasar, o que nuestros seres queridos no pueden ser vulnerables, de hecho, los pensamientos suicidas son más comunes de lo que pensamos, solo que, en muchos casos van disfrazados de bromas o chistes de mal gusto, y por regla general, se debería evitar hacer comentarios que minimicen la gravedad del mismo, ya que, lo que para unos es divertido, para otros representa mucho dolor.


No se trata de ser “Generación de cristal”, es tener empatía y saber que hay temas de los que jamás se debe hacer una broma, como las violaciones, esclavitud, discapacidades, racismo, etc.


Hablar del suicidio es tan importante como hablar de cualquier enfermedad o incluso puede ser más, ya que no podemos identificar una causa a ciencia cierta y ponernos una vacuna que ayude a prevenirlo.

No quiero darte acá una guía básica de cómo prevenir el suicidio de nuestros seres queridos o el nuestro, porque no hay nada establecido, y al final el amor (instinto, como le quieras llamar) te va a decir qué hacer.


Recordemos y hagamos recordar que vale la pena vivir, y que el solo hecho de empatizar hace más que mil campañas en redes sociales.


Escuchar puede salvar una vida.


El suicidio no solo es importante cuando un famoso o un niño lo comete, no es un problema temporal ni clasista.


No sabemos la transcendencia que nuestras burlas pueden tener, imaginemos que una vida depende de lo que nosotros decimos.


Nuevamente recordar, procuremos la vida a toda costa, la muerte llega sola, no perdamos el tiempo buscándola.


Por amor a la vida.

Xiomy M. Xx

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