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Volver a empezar




¿Cómo están? Hoy quiero hablar sobre una película que vi la tarde de navidad pasada. The Truman Show, fue una recomendación de mi hermana, que siempre me sugiere muy buenas películas que me sacan de mi zona de confort y de las que siempre o casi siempre termino escribiendo algo.


La lista es larga, tengo más pendientes.


Ya entrando en materia, la película trata sobre Truman Burbank, un niño adoptado y criado por una corporación dentro de un show televisivo de realidad simulada que se centra en su vida, hasta que lo descubre y decide escapar.


La verdad, es que solo eso basta para llamar la atención, y no por gusto fue nominada a los premios Óscar, Globo de Oro, BAFTA y Saturn y que ha servido como tesis en cristianismo, metafilosofía, realidad simulada, vigilancia, existencialismo y telerrealidad.


No les voy a dar un resumen de la película porque esto se me haría eterno, pero sí quiero comentar un par de puntos filosóficos y uno que otro psicológico.


Un hombre libre es esclavo de un mundo perfecto


Luego de nacer y crecer en un set de cinematografía, manejado desde afuera por los directivos de la cadena y el productor. Al igual que en el mito de la Caverna de Platón, Truman solamente conoce lo que ve y esa es su realidad. Cuando alguien viene e irrumpe en su perfección y le dice que todo, su familia, su trabajo, sus amistades, son un simulacro; al principio se niega a creerles, pero con esta duda ya en su mente, decide buscar su liberación y propia identidad.


El poder controlarlo todo


Desde los inicios de la humanidad, siempre ha existido el deseo de querer tener un control absoluto, desmedido y en muchos casos, injustificado, que no se mide sobre qué o quienes pasa, el daño que causa y las consecuencias posteriores. Algo así comenté en un post anterior donde hablaba de la guerra de 100 años de ATLA.


El poder al que aspira y en cierta forma, Christof el creador de la serie, alcanza, va más allá de conquistas de tierras y ante la vista de toda la humanidad, se apodera de la mente y vida de otro ser humano, haciendo que, a gran escala la gente de afuera también sea dependiente de él.


Vemos lo que quieren que veamos


En las últimas semanas, he tenido varias veces la conversación de que, si en la vacuna para el COVID viene o no un chip que va a servir para que los gobernantes nos controlen y bla bla, chismes que solo hacen que los paranoicos corran en círculos y hagan cadenas ridículas en WhatsApp.


Las empresas ya nos controlan, para eso existe el marketing (me emocioné, perdón). Basta con ir al supermercado y ver toda la neurociencia que se aplica en cosas tan aparentemente inocentes, como comprar un champú. Y pensamos que tenemos el control de lo que escogemos, pobres ilusos que somos.


La mente del ser humano es tan complicada y a la vez tan sencilla de manipular.


¿Qué viene después?


Es esta la interrogante a la que quería llegar, y de la que no tengo ninguna respuesta. Al ponerme en el lugar del protagonista, saber que toda mi vida fue falsa y que probablemente ni yo misma exista me hace tener un ataque de ansiedad. Pero para mi consuelo, en el último diálogo se encuentra el inicio de la solución:


Director: Truman...


Truman: ¿Quién eres?


Director: El creador de un programa de TV. que da esperanza, dicha e inspiración a millones de personas.


Truman: ¿Quién soy yo?


Director: La estrella.


Truman: ¿Nada de esto fue real?


Director: Escúchame, Truman, ya no hay más verdad ahí que el mundo que yo cree para ti. Las mismas mentiras, el mismo engaño, pero en un mundo donde no tienes nada que temer. Te conozco más de lo que tú te conoces a ti mismo...


Truman: ¡Nunca pusiste una cámara dentro de mi cabeza!


Director: Tienes miedo por eso no puedes irte. Está bien. Comprendo. Te he observado toda tu vida, cuando naciste, cuando diste tu primer paso, tu primer día de escuela, cuando perdiste tu primer diente; no puedes irte, tú perteneces aquí.


Director: ¡Háblame, di algo, estás en TV., todo el mundo te ve en vivo y en directo!


Truman: En caso de que no los vea: ¡Buenos Días!, ¡Buenas Tardes! y ¡Buenas Noches!



Puede que no haya sido nada fácil para Truman tener que volver a empezar, reconstruir toda su vida, crear nuevas y reales relaciones, buscar su lugar en la sociedad real, en fin…. VOLVER A NACER.


La clave aquí, es que Truman se tenía a sí mismo, como bien dijo, no pusieron una cámara en su cabeza, es decir, él sabía perfectamente quién era, lo que quería, para dónde iba. Christof pudo manipularlo todo, menos doblegar la autenticidad que había en él.


Al terminar el show, los que realmente se encontraban en problemas eran los espectadores, que nada más querían buscar otro show con el cual entretenerse y probablemente soñar con poder protagonizar.


Mientras uno quiso toda su vida abandonar la falsedad de su vida, otros anhelaban dejar su libertad a un lado con tal de vivir una perfección manipulada.


Para pensar.


Xiomy.

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